Tras 6 ó 7 horas de navegación desde Santa Cruz se despertará con la hermosa cacofonía de una de las mayores colonias de aves marinas tropicales del planeta. Las cimas de los acantilados están decoradas con fragatas, piqueros de patas rojas, piqueros de Nazca, gaviotas de cola bifurcada, aves tropicales y muchos otros animales pelágicos. En la bahía de Darwin anidan numerosas aves marinas. Tras un aterrizaje mojado y con la luz de primera hora de la mañana, se mezclará con los piqueros de patas rojas que buscan posibles parejas mientras recogen material para anidar. Las grandes fragatas inflan sus sacos gulares con la esperanza de atraer a una hembra, mientras otras juegan a su juego favorito: la piratería. Los pinzones de Darwin, las palomas de Galápagos y los pájaros burlones recorren el suelo en busca de semillas e insectos. Los manglares rojos, los cactus y los arbustos salados contrastan con el cielo azul y las oscuras paredes basálticas.
Tras el almuerzo, realizará un aterrizaje en seco para subir la Escalinata del Príncipe Felipe. El empinado ascenso le lleva a 30 metros sobre el nivel del mar, para ser recibido por la elegante silueta del ave tropical de pico rojo y la acrobática pardela de Galápagos, ambas interactúan con el precipicio en aproximaciones rápidas. El sendero de roca de lava atraviesa el bosque endémico de inciensos enanos, para encontrar más "lanceros" de patas rojas anidando y muchos de sus parientes parecidos a los alcatraces, las nazcas, reclamando ruidosamente el suelo como residencia. El bosque de Palo Santo permanece latente la mayor parte del año, para despertar en la estación lluviosa y contaminar el aire con un aroma refrescante. Al salir de los árboles latentes, su respiración puede cesar ante el panorama de miles de petreles de las tormentas volando erráticamente más allá de los flujos de lava. Este es el escenario perfecto para que el depredador de la isla realice una matanza exitosa. El búho campestre, conocido en otras partes del mundo como depredador nocturno, en Genovesa caza a plena luz del día. Más felino que búho, espera pacientemente fuera de los túneles de lava y las grietas para capturar a los petreles tormentosos cuando salen de sus casas después de alimentar a sus crías.
Practicar snorkel en la Torre permite contemplar una gran variedad de peces tropicales.