Rodeada de picos andinos, Quito es la segunda capital más alta del mundo y presume de uno de los escenarios más impresionantes del planeta. Asentada inicialmente por la tribu Quitu en el primer milenio, Quito fue una parte importante del Imperio Inca antes de ser destruida y restablecida por el conquistador español Sebastián de Benalcázar en 1534. El centro colonial, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978, es uno de los más grandes y mejor conservados de Latinoamérica. Cuenta con destacados museos, iglesias y galerías de arte.
Comience su exploración con un recorrido por la ciudad. Comience en el centro de Quito y diríjase hacia el distrito histórico. Disfrute del ambiente de la Plaza de la Independencia, rodeada por el Palacio Presidencial, la Catedral, el Palacio Arzobispal y el Ayuntamiento. Pase por delante de la iglesia de El Sagrario y admire la intrincada fachada de piedra de la iglesia de La Compañía. Visite la Iglesia de San Francisco, construida sobre las ruinas de un palacio inca en el siglo XVI. Para disfrutar de vistas panorámicas de Quito, ascienda a las colinas del Panecillo o del Itchimbia.
Durante el recorrido, disfrute de una deliciosa degustación de chocolate en la Galería Ecuador y aprenda sobre el cultivo del cacao. Participe en juegos interactivos para practicar el cultivo de plantas de cacao y cree sus propias trufas de chocolate con diversos ingredientes como canela, sal de Cusco, nibs de chocolate, nueces y cacao.
Tras la aventura del chocolate, diríjase al Café Plaza Grande para asistir a una clase de cocina, donde aprenderá a preparar ceviche y el famoso helado de Paila (helado de fruta fresca). Tras un delicioso almuerzo, continúe hasta el Monumento Ecuatorial, construido en honor a los científicos franceses que determinaron la forma de la Tierra en el siglo XVIII. Cerca de allí, visite el Museo Etnográfico, que muestra los diversos grupos étnicos de Ecuador, o el museo interactivo Intiñan, que explora diferentes teorías incas sobre el centro de la Tierra.