Las tortugas Marinas en Galápagos
Tortuga Laúd
La tortuga Laúd (Dermochelys coriacea) es la especie de tortuga marina más grande del mundo. Aunque no es exclusiva de Galápagos, visita las islas con cierta regularidad. Puede alcanzar tamaños excepcionales, con ejemplares que superan los 2 metros de longitud y pueden pesar hasta 700 kilogramos. Son reconocidas por su caparazón de cuero flexible en lugar de caparazón duro.
La dieta de la tortuga laúd consiste principalmente de medusas y otros organismos gelatinosos. Tiene una dentición especializada para capturar y comer estas presas. Debido a su alimentación, la tortuga laúd se considera una especie carnívora, pero se alimenta casi exclusivamente de medusas, lo que puede ser un desafío debido a la escasez de estos alimentos en ciertas áreas, por lo que migran en busca de alimento por lo que es común encontrarlas en las aguas de Galápagos en especial en temporadas frías donde el alimento es más abundante
Tortuga Verde
La tortuga Verde (Chelonia mydas) es otra especie común en las aguas de Galápagos. Son conocidas por el color verde de su grasa y tejidos, de ahí su nombre. Pueden medir hasta un metro de longitud y pesar unos 150 kilogramos. Aunque las tortugas verdes visitan las Islas Galápagos para alimentarse, no anidan en las playas del archipiélago, es como un punto de recarga de energías para llegar a su destino de anidación.
La dieta de la tortuga verde es principalmente herbívora. Su alimentación se basa en una amplia variedad de plantas marinas, como algas, pastos marinos y otras especies vegetales presentes en los arrecifes de coral y las praderas marinas. Estas tortugas tienen una mandíbula fuerte y afilada que les permite arrancar y masticar las plantas acuáticas.
Desafortunadamente, estas especies se enfrentan a diversas amenazas, como la pesca incidental, la destrucción de sus hábitats, la caza ilegal y la contaminación del océano. Sin embargo, se han implementado esfuerzos de conservación para proteger y preservar a estas tortugas icónicas y su hábitat. Dentro del Archipiélago de Galápagos se garantiza el paso seguro de estás tortugas, la mayoría del tiempo son monitoreadas para este fin.
En definitiva, las tortugas marinas de Galápagos son una parte fundamental del patrimonio natural de este extraordinario archipiélago. Su conservación y protección son cruciales para mantener el equilibrio ecológico único de estas únicas islas.
