Crucero e itinerario de viaje por las Galápagos | Archipel II Catamaran

AM - Llegada al aeropuerto de Baltra (GPS)
Al llegar al aeropuerto de Baltra, los viajeros pasan por un punto de inspección del aeropuerto para asegurarse de que no se introducen plantas o animales extranjeros en las islas, y para pagar la tasa de entrada al parque de 100 dólares (a menos que se haya pagado por adelantado). Un guía le recibirá, le ayudará a recoger su equipaje y le acompañará en un corto trayecto en autobús hasta el puerto.

PM - Tierras altas (Santa Cruz)

El camino hacia las tierras altas sale de Bellavista, un pequeño pueblo situado a 15 minutos en coche de Puerto Ayora, y pasa por la zona agrícola, cerca del límite del Parque Nacional, la zona de Miconia, y luego va a la zona de Helechos y Juncos.  Con un clima despejado, esta zona cuenta con hermosas escenas de colinas onduladas y conos volcánicos extintos cubiertos de hierba y exuberante vegetación durante todo el año. Aquí se visitan los Cráteres Gemelos, que son dos cráteres de fosa, así como un rancho local donde se puede observar la tortuga gigante de la isla de Santa Cruz en su hábitat natural.

AM - Islote Tintoreras

"Tintoreras" son pequeñas islas frente a la costa de Puerto Villamil. Aquí se pueden encontrar garzas al acecho en las ramas de los manglares, así como pingüinos de Galápagos y leones marinos que a menudo se asoman a la orilla. Los tiburones de arrecife de punta blanca (en español: Tintoreras) son comunes en el archipiélago y es muy frecuente encontrarlos descansando en las aguas poco profundas.

PM - Centro de cría Arnaldo Tupiza

En el Centro de Cría de Tortugas Arnaldo Tupiza podrá ver cientos de tortugas gigantes de Galápagos de todos los tamaños. Las crías vulnerables no son nada gigantescas, ¡incluso son más pequeñas que el tamaño de tu mano! Este proyecto a las afueras de Puerto Villamil se creó para rescatar las poblaciones en peligro de los dos volcanes más meridionales de Isabela. De las casi increíbles estimaciones de 250.000 tortugas gigantes en el siglo XVI, en los años 70 sólo quedaban unos 3.000 ejemplares. Una cosa queda clara en su visita: es un trabajo duro salvar a estas criaturas de la extinción mediante la reproducción en cautividad y la repoblación. La buena noticia es que estos programas tienen éxito y ya han salvado a varias especies de la extinción hasta ahora.

En 2015 su número aumentó a unos 32.000 en todo el archipiélago. No olvide visitar el jardín botánico autóctono de este centro de cría. También atrae a coloridos pájaros cantores como las currucas amarillas, los pinzones de Darwin, los galápagos y los papamoscas bermellones. Por último, no hay mayor contrapartida a las engorrosas tortugas que los gráciles flamencos americanos, que filtran con frecuencia las aguas salinas de la laguna adyacente en busca de camarones y algas. A ellos se une un puñado de especies de aves acuáticas y costeras, de las que algunas incluso emigran desde Canadá y Alaska.