Itinerario A

El primer aeropuerto de la isla fue construido por los estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, y se pueden observar fácilmente los restos de esa base militar.  El último aeropuerto de la isla se anuncia como el primer aeropuerto "verde" del mundo. Se inauguró en diciembre de 2012.  La terminal está formada por tubos de acero reciclados procedentes de las operaciones de perforación petrolífera en el Amazonas.  Se extiende por 6.000 metros cuadrados y requirió una inversión de algo más de 24 millones de dólares. El nuevo complejo utiliza tecnologías limpias y renovables como la energía solar, los parques eólicos y la desalinización de agua de mar, entre otras innovaciones medioambientales.  Se mantiene fresco(s) simplemente por su diseño: no se necesita aire acondicionado.

Situada entre las islas de Baltra y Seymour Norte, este arrecife cubierto de arena, rocas y coral (resultado de un levantamiento) tiene una de las mayores poblaciones de lobos marinos. También se pueden observar varias especies de aves costeras y los curiosos cangrejos Sally Lightfoot. En este lugar se ha informado ocasionalmente de la presencia de Orcas (Orcinus orca) alimentándose de leones marinos. 

La Isla Bartolomé tiene dos lugares de visita que suelen combinarse en una sola visita.  El primero consiste en nadar y hacer snorkel en una bonita playa, alrededor de la emblemática Roca del Pináculo; el mundo submarino allí es realmente impresionante. Los buceadores se encuentran en el agua con los pingüinos, las tortugas marinas, los tiburones de arrecife de punta blanca, las rayas y otros peces tropicales.  El segundo sitio es accesible a través de una larga escalera que lleva a un espectacular mirador desde el que se pueden ver las manifestaciones de la reciente actividad volcánica.

Aunque no cuenta con mucha vida salvaje, la bahía de Sullivan ofrece a los visitantes la oportunidad de atravesar un flujo de lava reciente y examinar su belleza de otro mundo. No se preocupe; la lava no está caliente, ya que se formó a finales del siglo XIX. El sendero atraviesa aquí la lava pahoehoe, salpicada de conos piroclásticos. En el interior, llamativos conos rojos y amarillos se elevan por encima del flujo.